5 cosas que casi nadie te dice antes de reformar tu casa
5 cosas que debes saber antes de embarcarte en una reforma u obra nueva
Si piensas que reformar una casa solo trata de diseño, permisos y presupuesto, hay detalles que pueden marcar la diferencia entre una obra bien hecha y un quebradero de cabeza.
Avalados con nuestra larga trayectoria de más de 30 años de experiencia en el sector de la construcción y reformas, te contamos 5 aspectos clave que casi nadie menciona antes de empezar una obra:
Para empezar...
1. La casa se mueve, los materiales también:
Las estructuras sufren asentamientos naturales con el tiempo debido a cambios de temperatura, humedad y movimientos del terreno. Esto afecta a los acabados como suelos y revestimientos, y si no eliges materiales con cierta flexibilidad, podrías encontrarte con grietas, fisuras o desprendimientos en pocos meses.
Suelos:
- En espacios amplios, los suelos laminados o vinílicos con sistemas de clic flotantes son una mejor opción que los encolados, ya que permiten ligeros movimientos sin generar tensiones.
- Si optas por un suelo de madera natural, es clave instalar juntas de dilatación, especialmente cerca de paredes y puertas.
- En el caso de suelos cerámicos o porcelánicos, se recomienda utilizar adhesivos flexibles y colocar juntas de expansión para evitar que las baldosas se levanten o agrieten.
Revestimientos de pared:
- En zonas con alta humedad o cambios bruscos de temperatura (como baños y cocinas), los revestimientos porcelánicos y los microcementos son más resistentes a movimientos que el yeso tradicional.
- Si prefieres pintura, usa productos elásticos y transpirables, como las pinturas acrílicas de alta calidad, que evitan fisuras y problemas de condensación.
Techos y tabiques:
- Si vas a reformar una casa antigua, evita instalar techos de escayola en zonas con riesgo de asentamiento y opta por placas de cartón-yeso con perfilería metálica, que permiten más flexibilidad sin agrietarse.
- Para paredes, el pladur con aislamiento acústico es una gran opción, ya que se adapta mejor a pequeños movimientos que los tabiques de ladrillo tradicionales.
2. No te quedes corto con las instalaciones eléctricas y de fontanería
No basta con renovarlas: hay que pensar en el futuro. Si reformas sin prever nuevas necesidades (más electrodomésticos, domótica, puntos de carga para coches eléctricos o presión de agua suficiente para varias duchas a la vez), podrías necesitar otra reforma en pocos años. Hemos tenido reformas que se podrían haber evitado previendo los puntos eléctricos y de fontanería.
Puntos clave a tener en cuenta en la reforma de la instalación eléctrica:
- Potencia eléctrica adecuada: Si tu vivienda tiene una instalación antigua de 3,45 kW, puede que no sea suficiente para alimentar aire acondicionado, calefacción eléctrica o una cocina de inducción. Asegúrate de calcular bien la demanda y, si es necesario, amplía la potencia contratada.
- Doble circuito de enchufes en cocina: Un error común es no separar los circuitos de pequeños electrodomésticos de los grandes (frigorífico, lavadora, lavavajillas). Esto evita sobrecargas y saltos de diferencial.
- Puntos de carga para coche eléctrico: Aunque no tengas coche eléctrico ahora, es recomendable dejar preinstalada una toma en el garaje o cerca de la plaza de aparcamiento. En pocos años, será un requisito habitual.
- Iluminación eficiente y regulable: Apostar por un sistema de luces LED regulables y con sensores de movimiento en zonas de paso puede reducir el consumo energético.
Error común: Reformar una vivienda y darse cuenta después de que hay pocos enchufes en zonas clave. Lo ideal es colocar mínimo 4-6 enchufes en cada habitación, además de tomas específicas para televisión, internet y domótica.
Puntos clave a tener en cuenta en la reforma en fontanería:
- Diámetro de las tuberías: En viviendas antiguas, los diámetros de las tuberías pueden ser insuficientes para las demandas actuales. Si reformas baños y cocina, aprovecha para instalar tuberías de mayor sección (al menos 20 mm para agua caliente sanitaria).
- Presión del agua: Si vives en un piso alto o en una vivienda con varios baños, puede que necesites un grupo de presión o un acumulador para garantizar un caudal constante.
- Sistema de evacuación silencioso: Los desagües de PVC convencionales pueden generar ruidos molestos. Existen tuberías insonorizadas que reducen notablemente el ruido al descargar el agua.
- Tomas de agua en exterior: Si tienes jardín, terraza o patio, no olvides prever puntos de agua para riego o limpieza.
Error común: Cambiar sanitarios y grifería sin revisar las tuberías. Si las tuberías son antiguas (de hierro o plomo), pueden generar obstrucciones y pérdida de presión con el tiempo.
3. Las ventanas pueden hacer que tu reforma sea un éxito o un desastre
No es solo estética: una mala elección de ventanas puede generar condensaciones, pérdidas de calor o filtraciones de ruido. Hay que elegir bien el tipo de vidrio, el sistema de apertura y el aislamiento térmico y acústico según la orientación de la vivienda.
4. La iluminación no es un detalle, es un elemento clave
Un mal diseño de iluminación puede arruinar la mejor reforma. La luz natural debe aprovecharse al máximo, y la artificial debe planificarse según el uso de cada estancia. ¿Sabías que una mala distribución de las luces puede hacer que un techo parezca más bajo o un pasillo más estrecho?
5. Las paredes ocultan sorpresas que no ves hasta que empiezas
Problemas comunes al derribar o modificar paredes en una reforma:
1. Muros de carga donde no los esperabas
- Algunas viviendas antiguas tienen tabiques que, en teoría, deberían ser divisiones simples, pero que han acabado soportando parte del peso de la estructura con el paso del tiempo. Derribarlos sin un cálculo adecuado puede provocar grietas, desplomes o incluso problemas de estabilidad en la vivienda o en la del vecino.
- Solución: Siempre consultar a un arquitecto o técnico antes de tirar paredes. Si hay que eliminar un muro de carga, se puede reforzar con vigas metálicas o de hormigón.
2. Instalaciones ocultas dentro de las paredes
- Muchas veces, las paredes contienen tuberías de agua, desagües, cables eléctricos o conductos de calefacción que no aparecen en los planos originales.
- Solución: Antes de demoler, se deben hacer comprobaciones con detectores de instalaciones ocultas o incluso abrir pequeñas catas para evitar romper tuberías o cortar el suministro eléctrico sin querer.
3. Problemas de humedad o aislamiento
- Es común que, al retirar un revestimiento o demoler una pared, aparezcan humedades antiguas, filtraciones de agua o falta de aislamiento térmico y acústico.
- Solución: Aprovechar la reforma para corregir estos problemas, instalando barreras antihumedad, aislamientos térmicos adecuados o renovando las capas de impermeabilización.
4. Materiales antiguos que pueden ser peligrosos
- En viviendas de más de 40 años, es posible encontrar tabiques de materiales que hoy están en desuso o incluso prohibidos, como plomo en tuberías, amianto en techos o yesos con compuestos tóxicos.
- Solución: Identificar estos materiales con expertos y seguir los protocolos adecuados para su retirada, especialmente en el caso del amianto, que requiere gestión especializada.
5. Desniveles inesperados en suelos y techos
- Algunas casas antiguas tienen suelos con desniveles o techos con alturas desiguales. Esto no se nota hasta que se retiran los acabados antiguos y puede generar problemas al instalar nuevos suelos o falsos techos.
- Solución: Nivelar correctamente antes de instalar nuevos revestimientos, asegurándose de que no se pierde demasiada altura en el proceso.
Nuestro consejo: Antes de tocar una pared, siempre consulta con un profesional. Lo que parece una simple demolición puede tener implicaciones estructurales, funcionales y económicas.
Siempre haz una reforma pensando en revalorizar la vivienda. Hay mejoras que aumentan mucho su valor (como la eficiencia energética o la redistribución de espacios), y otras que solo encarecen la obra sin aportar beneficios a largo plazo.
